El Rock in Río Lisboa ha vivido su jornada más romántica con la actuación de Stevie Wonder y Bryan Adams, en lo que fue una continua lluvia de éxitos en la que ambos demostraron que todavía están en buena forma en el escenario.
El cuarto día del festival colocó en las tablas a dos veteranos con una larga carrera a sus espaldas, autores de algunas de las baladas más populares que se recuerdan.
Prueba de ello fue la mezcla de generaciones que se dio entre los asistentes a sus conciertos -más de 70.000 personas, según informó la organización, donde se dieron cita desde adolescentes hasta personas de mediana edad, muchos de ellos incluso con sus hijos.
Con sus míticas gafas negras y una sonrisa deslumbrante salió el estadounidense Stevie Wonder al escenario, desde el que derrochó voz y energía además de dar un recital con el piano y la armónica.
Sus temas, una mezcla de ritmos africanos, «reggae» y «soul», dieron cabida a la trompeta, los bongos, el piano, la guitarra, la armónica y el sintetizador, entre otros instrumentos.
Antes que él, el canadiense Bryan Adams había hecho vibrar a los lisboetas al mando de sus guitarras -a veces eléctricas, a veces española- con un repertorio basado en la mayoría de sus grandes «hits», casi todos de los 80′ y los 90′.